LA CERA DE LAS ABEJAS: UN ANTIGUO TESORO.
La cera de abeja se ha venido utilizando domésticamente desde hace miles de años. Se dice que la maravillosa sonoridad de los violines Stradivarius se debe al empleo del barniz de oro, hecho a base de cera y propóleo de las abejas, mezclado con aceite de linaza.
Antiguas colmenas creadas con corcho y muy utilizadas en esta zona de España.
Las virtudes de la cera en la construcción beneficia nuestra salud y su olor es muy agradable; no suprime la capacidad respiratoria de los materiales, reduce el agrietamiento de la madera; evita la filtración de la humedad, no produce carga electrostática, es antideslizante, da un brillo suave y puede contribuir a mejorar el ambiente del hogar, haciéndolo más higiénico y acogedor.
Los productos naturales han sido relegados al olvido por la aparición en el mercado de productos industriales más baratos, como las ceras y los barnices sintéticos. Ahora existen muchos productos para la conservación y la impregnación de la madera pero en YOLPIQ consideramos que la cera de las abejas es un tesoro para el cuidado y el lucimiento de nuestras maderas.
(En un tiempo YOLPIQ tenía colmenas pero desgraciadamente las hemos ido perdiendo, nos queda la cera con la que damos el cuidado necesario a nuestras maderas).
Las bases de las lámparas de madera de enebro que han sido enceradas y están en proceso de secado.
¿Qué es la cera? La abeja crea la cera a partir de hidratos de carbono y por el efecto de enzimas; las segregan los últimos anillos de su abdomen en forma de láminas muy finas.
Su color va desde el amarillo claro hasta el castaño-rojizo oscuro.
¿Cómo la aplicamos? para conseguir unas superficies de madera limpias, iguales, de suave brillo y veteado vivo es necesario que la madera esté suficientemente seca, bien cepillada y pulida. La cera se debe aplicar con un paño de algodón o de lino, procurando trabajarla bien en la dirección de la fibra de la madera y cuidando de que se reparta uniformemente llegando a todos los poros.
Algunas propiedades de la cera de las abejas:
Resistencia a los productos químicos y a la suciedad: los poros cerrados y la superficie lisa reducen la absorción del polvo. Al contrario de los barnices, lo encerado no se carga electrostáticamente al ser la cera un conductor eléctrico, así no atrae al polvo y es más fácil limpiarlo.
Se puede utilizar mezclando la cera con trementina, aceite de linaza e incluso pigmentos solubles minerales para obtener distintos tonos de color.
La madera recibe protección contra la carcoma, y de insectos devoradores, los hongos tampoco atacan a las la maderas ya que pueden respirar y disipar su humedad.
Realza el color natural.
Los tonos del veteado, es decir de los anillos anuales, tan propio de cada tipo de madera, quedan acentuados con la cera, la cual además proporciona un brillo suave y mantiene el relieve típico de la madera, en estas fotos os mostramos cómo se realza la madera del olivo y del alcornoque.
La madera de olivo.
La madera de alcornoque.
En resumen podemos afirmar que tratando la madera con cera de abeja mantenemos los matices únicos y múltiples de la naturaleza en ese material vivo y rico en contrastes.
Sus cualidades de purificación del aire interior del hogar, debido a su propiedad difusora del aire y reguladora de la humedad interior, se hayan mejoradas al volver su superficie menos atractiva al polvo.
Las ventajas para un ambiente sano decantan la balanza a favor del encerado natural, os mostramos nuestras lámparas de madera de enebro terminadas.